“…Desde el título mismo: “taita” es una expresión española pero arcaica que el quechua incorpora y actualiza como afectuosa denominación paterna, y en particular para el Padre celestial. “Sara” es el nombre nativo, el nombre originario del maíz, la planta oriunda y genésica de América cuyo fruto reúne sugerencias masculinas y femeninas. Pero el azar no existe, y Sara es además la esposa de Abraham, quien aún estéril y anciana conocerá la fecundidad anunciada por Yaveh (Gen. 18:9-15), como en una premonición veterotestamentaria de la Anunciación mayor referida en los evangelios (Lucas 1: 26-38, Mateo 1: 18-21).” Gustavo Buntinx.
“Su fecundante ser fecundado: el sacrificio deviene don, ofrenda y gracia al mismo tiempo. Transustanciación y promesa de vida nueva, incluso en la propia materialidad de la obra, su presencia fáctica o representada: la pintura tórnase talla, el vegetal vuélvese mármol…” Gustavo Buntinx
Texto
TAITA SARA
Gustavo Buntinx