Los incas creían que la trepanación del cráneo determinaba en cada caso
una nueva variedad de papa.
Y es curioso que en ningún otro lugar hayan habido tantas variedades de papas
como en el Perú.
Ni tantas de cráneos trepanados.
Hyat Verril
I
El SUBDESARROLLO no es carencia de recursos sino un sistema psicosocial de MINUSVALÍAS. Un intercambio DESIGUAL pero combinado de ENERGÍAS simbólicas tanto como de MERCANCÍAS. Estructuras de DOMINACIÓN cuyo sustento esencial es la COMPLICIDAD de la víctima. Su VASALLAJE.
Sobre todo mental: 2008 es para la Organización de las Naciones Unidas, y para el mundo entero, el AÑO INTERNACIONAL DE LA PAPA. Salvo para el Perú, de donde paradójicamente la papa es ORIUNDA y donde prácticas milenarias lograron domesticarla, configurando un logro ECONÓMICO, un logro CULTURAL, decisivo para la humanidad: hoy nuestro tubérculo es el cuarto cultivo alimentario en el planeta y se proyecta como la principal arma CALÓRICA para la lucha contra el hambre y la pobreza extrema.
Con tales argumentos, en 2005 el Estado peruano postuló y obtuvo esa denominación PRIVILEGIADA. En un desconcertante rapto de DESAMOR propio, sin embargo, hace cinco meses el gobierno reemplazó aquel reconocimiento por el del AÑO DE LAS CUMBRES MUNDIALES. El despliegue ingenuo de una vocación GLOBALIZANTE que ignora cómo cualquier GLOBALIZACIÓN liberadora y significativa implica, necesariamente, EL EMPODERAMIENTO DE LO LOCAL.
Y el poder de lo SIMBÓLICO en todo ello. En términos RITUALES y FÁCTICOS. Allí donde LA POLÍTICA (nuestra política oficial) hiere y persigue y soslaya y frustra, el ARTE (cierto arte crítico) sana, subsana, fecunda , CULMINA . Es ése el hálito REPARADOR con que CARMEN REÁTEGUI escoge las fechas y el escenario urbano de la primera cumbre diplomática, para cubrir el PARADERO HABANA de MICROMUSEO con un manto níveo de morayas: aquellos CHUÑOS blancos compleja y artesanalmente procesados a la intemperie de la PUNA, esas otras ALTAS CUMBRES, donde la mano cultural del hombre, de la mujer, trasmuta a la naturaleza y a sus FRUTOS. Soleando y CONGELANDO las papas, empapándolas en los MANANTIALES
para lavados también LUSTRALES, GOLPEANDO y desecando según procedimientos ancestrales que se remontan hasta TIAWANAKU. Milenarias técnicas ANDINAS de conservación de alimentos que hoy las TRASNACIONALES industrializan para la masificación planetaria del
consumo de la planta raigal.
Intercambio COMBINADO pero desigual. En el VÓRTICE de esta instalación, una vitrina discreta desparrama otras papas sobre el incisivo HALLAZGO de un documento francés del siglo XVIII. Se trata de dos cuadros estadísticos en paralelo. Por un lado, los COSTOS y VALORES de los metales PRECIOSOS (“de l’Or et de l’Argent”) trasladados desde América a España. Por el otro, los PRECIOS diferenciales de las mercancías remitidas en sentido inverso, así como “su GANANCIA neta para la metrópolis” (“leurs Produit net pour la Métropole”). Sin embargo, esta funcional ilustración HISTÓRICA del moderno sistema-mundo (Immauel Wallerstein) se ve PERTURBADA por el volumen TELÚRICO de los tubérculos que sobre el pergamino DESTELLAN recubiertos con pan de ORO o pan de PLATA.
Una alegoría rutilante del CUARTO DEL RESCATE, sin duda. De las crónicas interminables del BOTÍN y del DESPOJO. Pero también una OFRENDA, asomada apenas en los incipientes BROTES vegetales que con el tiempo manifestarán la otra, DESPRECIADA riqueza, extraída de las ENTRAÑAS de la tierra. El verdadero tesoro NUTRICIO de América.
Una ofrenda, un PAGAPU, por utilizar el título de la pieza-MADRE con que hace tres años Reátegui se inicia en las artes GERMINALES. Una creación CONCEBIDA entonces desde otra iniciativa de MICROMUSEO: Yo no me llamo Juanita, esa polémica muestra que se formuló como reparación simbólica para la AMPATO COLLA, la niña incaica SACRIFICADA a la tierra y a sus ERUPCIONES, pero PROFANADA por los abusos denominativos de algunas prácticas irresponsables de la arqueología y de la museología.
II
El formato ARTÍSTICO de aquella exposición, de aquella experiencia, no ocultaba su carácter también político. Y RELIGIOSO. Como de modo tan sutil se RESPIRA ahora en esta instalación nueva. Incluso desde sus asociaciones LIBRES con otras propuestas de artífices otros (desconocidas por Reátegui, pero el AZAR no existe).
En términos locales hay ya un referente vagamente sugerido en Un cuarto de escultura: ese HUAYCO impresionante de rocas oscuras con que EMILIO RODRÍGUEZ LARRAÍN colmó en 1986 los ESCENOGRÁFICOS espacios de la galería limeña Camino Brent. Tras la violencia TECTÓNICA de aquel torrente lítico se anunciaba la violencia HISTÓRICA de esos despiadados años. Y en un registro distinto, artístico, un literal SEPULTAMIENTO, un ARRASAMIENTO, de los triunfos retóricos de la abstracción telúrica.
El efecto de los BLANCOS chuños de Reátegui es muy otro. Como el canto semi-rodado de una geología ÁSPERA pero SEMINAL. En la intervención de Rodríguez Larraín las piedras eran producto de los DINAMITAZOS con que un alcalde absurdo ARRUINÓ La Herradura, hasta entonces considerada entre las playas más apreciables del Perú. Una de tantas instancias de la progresiva DESTRUCCIÓN edil de todo lo que es VALIOSO y HERMOSO en nuestro país. Como la alameda magnífica de ÁRBOLES centenarios que otra autoridad del mismo distrito de Chorrillos mutiló con un ENSAÑAMIENTO que dejó sólo MUÑONES muertos aferrados al suelo. Del RESCATE de esos RESTOS, Reátegui derivó una de las obras mayores de nuestros DEVASTADOS tiempos: un inmenso tronco TULLIDO elevando a los cielos el clamor de sus raíces trastornadas en CÁLIZ. Un MEMORIAL a la tierra que AGONIZA.
A la tierra que RENACE. Uno piensa, a la distancia, en las insinuaciones MÍSTICAS tras las sugestivas analogías entre alimentación y conciencia, entre NATURA y CULTURA, exploradas desde 1970 por el argentino VÍCTOR GRIPPO mediante la REVELACIÓN –la ACTIVACIÓN– de la electricidad suspendida en papas que se exhiben solitarias o en cúmulos informes o en grillas geométricas. Las connotaciones de todo ello eran con frecuencia explícitamente ANCESTRALES (el epígrafe de este texto proviene de una de sus obras), pero al mismo tiempo de ACTUALIDAD radical. Y de una IMPLOSIVA carga política: una criticidad IMPLÍCITA, INTROSPECTIVA, atenta a sus energías propias pero ocultas. A sus LATENCIAS.
Las polaridades INVERTIDAS de un arte también ritual. Como en el cuerpo ovillado de las MOMIAS que los antiguos preparaban en posición fetal para su entierro, para su SIEMBRA en el vientre húmedo de la tierra. MALLKI: cadáver, feto y semilla condensados en una sola y misma palabra quechua. Como en los tubérculos áureos, AURÁTICOS, de Carmen Reátegui, destinados a una PUTREFACCIÓN diseminante y fecunda. TRANSFORMATIVA: del TRIBUTO colonial a la
OFRENDA liberadora.
Gustavo Buntinx